Fin del Concierto

Fin del Concierto
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miércoles, 19 de marzo de 2008

Y Quién es Morricone?

Miércoles 19 de marzo, 20:10 p.m. (OBVIO). Trato de dirigirme directamente a las fauces de la vorágine consumista con el afán casi místico de adquirir un sillón para mi recientemente alquilado departamento en Martín de Zamora. La realidad me golpea como un ladrillo que cae de un sexto piso. Un taco. Un taco más grande que en zapato de travesti. Taco. Tacos. En Isidora, en Presidente Riesco, en Apoquindo, en Vespucio, en Alcántara, en Martín de Zamora. Me da la tontera y mando la compra a la cresta, echando de paso un montón de puteadas, como acostumbro hacer cuando manejo. ¿A qué se debe la existencia de tan enorme fila de automóviles tratando de subir a los altos suburbios de la capital? ¿Quién es el culpable de esto? ¿Los concesionarios de automóviles? ¿La Bachelet? ¿Pinochet? ¿La selección chilena de hockey sobre hielo?
No. Es un huevoncito de apellido Mariconi o algo así. Y otro huevón de apellido "Celfin", como delfín, pero con C.
Y pienso, siendo literal, ¿y por qué chucha queda una cagada de este porte para ir a ver a este italianucho? ¿Es porque la huevada es gratis? ¿Es ESE el punto de todo esto? ¡Quién mierda vio "la fortaleza" o "la misión" o como se llame esa weá de película! Y aunque te haya gustado la película, ¡quién se preocupó de la banda sonora! Mierda, si el compadre no es Beethoven ni Verdi. El weón escribió una buena banda sonora. Ya. Ok. ¿Por eso tamaña cagadita? ¿Por eso todo esto?
Gallos matándose por conseguir una entrada. Gente masacrándose como en el Medio Oriente. Todos peleándose una entrada como en Somalia se pelean una caja de leche en polvo. No había otra explicación. Es que no había. Solamente... PORQUE ERA GRATIS.
Váyase a la cresta. Mejor me voy al depto.
Venía llegando al departamento y una vieja huevona se mete por una calle chica tratando de evitar el taco. Vieja de mierda, acaso no se da cuenta que hay taco en todas partes. Como hay autos estacionados y la calle es angosta nos quedamos varados en medio de la calle. Le digo que se eche un poco para atrás para pasar. Me dice que no, desesperada. Se niega. Puta que es weona, me digo, ¡si no se corre no pasamos ninguno! No se corre. Agita la cabeza y dice no. Siente que si se corre estará cediendo parte de su orgullo e integridad. Ok, ninguno pasa entonces. Ante lo ridículo de este escenario, finalmente cedo, me meto entre dos autos como puedo y la vieja pasa. Y entonces se me cae el quintanormalino que llevo dentro y le refriego en su cara, "vieja aweoná estúpida, eris muy estúpida". No me importó la niña chica que traía al lado. No me importó el barrio. La mandé a la cresta a la muy pava. Sólo tenía que echarse dos metros hacia atrás y pasábamos de lo más bien. De hecho, ella pasaba colada antes. Pero estaba desesperada por ir a ver a Berluscone. ¿No fue el que escribió la música de la Guerra de las Galaxias? No, imbécil. Ese fue un judío de apellido Lucas.
Y desde el depto miraba la inmensidad de la cola de autos a la lejanía, pensando en cómo pueden manipularnos los medios. Viejo, en Santiago se tocan todas las semanas obras de Bach, de Beethoven, de Mendel, de Tchaitkovsky. Valen luca. Algunas son gratis. Van como tres pelagatos curiosos y algunos abuelitos jubilados. Y todo este escándalo por el compadre que escribió "Bolsero". Uiuiuiui, bolsero... Súper buena. Pero mejor es la Novena de Beethoven y Santiago no se paraliza cuando la tocan, aunque te paguen por ir. Ah, es que es la filarmónica de Roma. La media weá. La de Santiago le pega 50 patadas.
O sea, el gallo es talentoso. Tiene buenas composiciones. Es una personalidad de la música de la última parte del siglo pasado. Pero, ¿someterse a todo esto para ir a escucharlo? ¿Meterte en un taco interminable, no tener dónde estacionar, estresarte, sentarte en el suelo, exponerte a un suicidio colectivo, solamente por ir a verlo? Ah que mientras tocaba todos los weones hablaban, los cabros chicos chillaban, papá, papá, qué hace ese caballero con esa trompeta grande. Schiii, hijo, que están tocando. Pero papá, papá, ¿qué hace ese caballero moviendo las manos? Escuchaba a mis colegas, oye, pero, ¿y qué hace un director de la orquesta? No, es que mueve los brazos. Dirige la orquesta. Es pa que sepan partir. Lo escuchaba y casi me atraganto. Viejo, si no sabes lo que hace un director, ¡POR QUÉ MIERDA VAS A IR A VER A MORRICONE! ¡Anda al teatro de la Chile y te escuchas a los cabros en práctica y vas a disfrutar la música tanto o más! ¡En qué estamos pensando!
Escucho un especial de Berluscone mientras escribo esto. Tiene composiciones muy lindas. Hay una que parece de Kill Bill. Imagino al cowboy recorriendo el desierto en su caballo mientras el sol se pone. El jinete está muerto pero no se nota. Suena la música. El jinete se aleja como escondiéndose dentro del sol. Comienzan a salir los créditos. La gente se para, llorando. Guau.
Cómprate un DVD y un equipo de alta fidelidad. Busca en la sección "cultura" del diario. Te vas a pillar cosas más intensas que esa. Gratis, o casi gratis. Y dejen las calles tranquilas y las avenidas abiertas, para que el hombre libre de este inmenso país pueda volver a transitar sin ataduras.

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